Mis inicios en el mundo del fútbol fueron como educadora de fútbol 7, durante 9 años pude dirigir y formar niños de edades comprendidas entre los 4 y 8 años, fue mi puerta de entrada desde la ciudad donde residía al club de mi ciudad, a mi club, el Girona FC. Fueron unos años maravillosos en los que pude conocer este deporte desde el escalón inferior y eso me dio conocimientos y experiencia que me serviría para tomar las decisiones de futuro que pude tomar. Durante esos años tuve un referente, un maestro dentro del club y otro fuera del club y ese era Horst Wein. No me voy a extender aquí compartiendo mis vivencias sobre los terrenos de juego y las barbaridades que pude contemplar que sirvieron para aprender lo que NUNCA debía hacer jamás y con lo que he predicado por siempre, a continuación os dejo un artículo y un vídeo para que podáis ver qué método utilizaba en mis entrenamientos y por qué. Joana Egea Necesidades del niño futbolista según Horst Wein1. LA NECESIDAD DE SEGURIDAD El niño necesita también en los entrenamientos un ambiente íntimo y familiar que le de seguridad y confianza. Es recomendable no cambiar frecuentemente el lugar del entrenamiento ni el formador que imparte las clases. Volviendo a juegos que ya conocen (pero presentando una variante) les gusta porque los contenidos ya experientados les facilita la ganancia de nuevas experiencias. El niño de la escuela formativa exige relaciones tan estables como en su familia. Además, los entrenamientos deberían desarrollarse siempre en instalaciones deportivas seguras ( con campos de juego sin piedras y desniveles sorprendentes), aplicando reglas de juego que eviten situaciones peligrosas y violentas. 2. LA NECESIDAD DE GANAR EXPERIENCIA NUEVA Nada puede ser comprendido completamente, sin haberlo practicado. En vez de decir a los niños lo qué deben hacer, sería mejor permitirles resolver propiamente los problemas de una tarea. Los niños necesitan descubrir el mundo, también el mundo del deporte y del fútbol. Consecuentemente el niño prefiere ser más estimulado que instruido, lo que el formador consigue por medio de una gran variedad de juegos simplificados y actividades multilaterales a la medida de sus capacidades intelectuales y físicas. La posibilidad de poder ganar en cada entrenamiento y partido nueva experiencia desarrolla la inteligencia del niño. 3. LA NECESIDAD DE SER RECONOCIDO SU ESFUERZO El reconocimiento en público de sus méritos es un gran aliciente para cada niño. Con elogios suele esforzarse aún más. El formador o los padres son para el niño hasta 12 años como un espejo en el cual ve su capacidad o incapacidad. Consecuentemente el formador, pero también los padres, deben intentar ser siempre positivos y deben aprender a hacer elogios, evitando al mismo momento las criticas. 4. LA NECESIDAD DE TENER RESPONSABILIDADES El niño prefiere hacer casi todo por si mismo, sin depender demasiado del adulto. Quiere llegar a ser independiente lo más antes posible. La metodología de la enseñanza debe respetar esta necesidad de los niños, asegurando que busquen con frecuencia por su cuenta soluciones a los problemas que el formador presenta pero no resuelve. Él solo debería intervenir en el auto-aprendizaje del niño en caso de necesidad. La necesidad de tener responsabilidades abarca también proponer modificaciones de las reglas de un juego determinado o preparar sus propios campos de práctica ,además de disfrutar del permiso del formador para realizar en cada entrenamiento unos 10 hasta 15 minutos de práctica libre en la cual los niños mismos deciden sobre qué hacer, cómo ejecutarlo, en que parte del campo hacerlo y con quien realizar la actividad elegida. 5. LA NECESIDAD DE JUGAR Jugar es para el niño tan vital como el sueño: necesario para su salud corporal y para su mente. El niño aprende jugando. Así satisface su deseo de moverse y descubrir el mundo. Consecuentemente el juego es siempre el punto central de cada sesión de entrenamiento. El arte de enseñanza es adaptar el juego al niño y no al revés. Jugando con los demás facilita la capacidad de comunicación y estimula el proceso de toma de decisiones. Pero jugando sin pensar es como tirar a portería sin apuntar. 6. LA NECESIDAD DE SOCIALIZARSE CON LOS DEMÁS Cualquier niño busca instintivamente a otros. Cuanto más mayor sea, más compañeros de su edad necesita. Le encanta asociarse e identificarse con un grupo o un equipo para lograr sus objetivos comunes. 7. LA NECESIDAD DE MOVERSE El niño es activo por naturaleza. Suele descubrir su entorno y experimenta con todo lo que le rodea. No tiene paciencia para esperar en filas mucho tiempo hasta que le toca el turno. Estar parado no es cosa de los niños. Por eso tan poco le complace estar en el banquillo o recibir órdenes del profesor sobre qué hacer en qué momento. Juegos simplificados con pocos participantes aseguran una mayor actividad, intensidad y participación completa, física y mental, que la práctica de las competiciones oficiales (tradicionales). 8. LA NECESIDAD DE VIVIR EN EL PRESENTE Al niño ni le interesa el pasado ni el futuro. Su sentido del tiempo es completamente distinto a aquel de un adulto. Vive siempre muy intensamente el momento actual y el hoy sin pensar en mañana o ayer ,que para él están muy lejos. 9. LA NECESIDAD DE LA VARIEDAD Cuanta más variedad, menos será el aburrimiento y cansancio. Una gran variedad de estímulos es fundamental para mantener el nivel de atención alto por bastante tiempo. Sin variar frecuentemente el método de presentación y los contenidos la atención del niño suele desviarse. Es también necesario variar el grado de intensidad entre las distintas actividades propuestas para el formador así como asegurar qué juegos multilaterales se alternan con tareas especificas del fútbol. Además sería conveniente mezclar el método global con el analítico y el entrenamiento colectivo, igual para todos los jugadores de un equipo o grupo , con el individualizado que respeta las características de una demarcación. 10. LA NECESIDAD DE SER COMPRENDIDO POR LOS ADULTOS Parece que los niños viven en un mundo distinto al de los adultos. “No son adultos en miniatura”. Tienen otros problemas que los adultos, aprenden de una forma distinta y no piensan de forma tan lógica como suelen hacerlo los adultos. Falta la coherencia de las cosas. Su estabilidad emocional depende en alto grado de la velocidad de su crecimiento biológico. No saben dosificar sus esfuerzos y suelen cansarse rápidamente. Por eso, los adultos que les rodean, deberían ser personas bien preparadas para poder guiar correctamente a los niños en la búsqueda de su propia identidad. Se comportan como se sienten. Debido a todas estas razones, los adultos que trabajan y conviven con niños deberían ser personas muy bien preparadas con el fin de poder estimular y guiar a los jóvenes en su búsqueda de su personalidad e identidad. Complementar el aprendizaje motor con el aprendizaje cognitivo en el Fútbol Base!El "juego" debería ser el maestro y no el profesor o entrenador! Antiguamente, la enseñanza del fútbol ha sido caracterizada por un excesivo “directivismo” del profesor-entrenador, ofreciendo prácticas descontextualizadas, desconectadas de las situaciones reales de juego y con falta de significación por el jugador que se aburría por la repetición constante del gesto y su escasa transferencia. Perfeccionando una habilidad motriz específica desvinculada de una situación de juego o de un problema tenía para el jugador poca o ninguna significación y por eso muchas veces se desmotivó. En vez de utilizar todavía este estilo de enseñanza directiva en la cual el profesor propone el ejercicio, decía como se debe realizarlo, proporcionando al alumno una información directa sobre la solución del problema y el deportista repetía constantemente hace falta plantear una enseñanza en el fútbol base mediante la búsqueda o la resolución de problemas. Aquí el formador-profesor propone un objetivo a conseguir, modifica las condiciones del entorno y el alumno utiliza los gestos que consideren adecuados para conseguir ese objetivo. Mediante esta técnica de enseñanza (“el descubrimiento guiado”), lo que el formador pretende conseguir es que sea el propio jugador el que, con la ayuda del profesor, construya sus propios aprendizajes. Así, la intervención del formador se limita al diseño y posterior planteamiento de situaciones de enseñanza en las que las condiciones de práctica conduzcan al alumno hacia el descubrimiento de ciertas acciones técnicas o conductas de juego. Por eso, una moderna y eficaz enseñanza del fútbol en la cual el formador o profesor reemplaza al instructor, considera los jugadores cada vez más como personas activas, constructores de sus propios aprendizajes. Tanto para el profesor como para el alumno, los roles han sufrido hoy una variación respecto a los anteriores estilos de enseñanza. La actividad principal la realiza el alumno, es él quien descubre. Mientras que el formador de fútbol base plantea por medio de juegos simplificados o juegos de temas una serie de problemas para que el alumno las resuelva, siendo guiado mediante múltiples preguntas concretas y claras o bien formuladas por parte del formador. Como lo he demostrado con muchísimos juegos simplificados en el 1er y 2º volumen de “Fútbol a la medida del niño”, el profesor-formador diseña las preguntas que conducirán sus alumnos a la respuesta correcta. Debe esperar las respuestas y no dar soluciones o instrucciones, salvo en casos necesarios y sólo para dar sugerencias. ¡En vez de dar soluciones les da problemas! Cuando obtiene una respuesta correcta del alumno a su estímulo o pregunta, la refuerza. Mientras que no debe invalidar completamente las repuestas posiblemente incorrectas, sino que, mediante el refuerzo, perseguirá con preguntas sucesivas hasta que el jugador encuentre la correcta. La esencia de esta forma de complementar el aprendizaje motor con el aprendizaje cognitivo es una relación particular entre el profesor y el alumno. El formador dialoga abiertamente con sus jugadores (especialmente después de haberlos motivado con una anterior práctica del juego simplificado en cuestión) y les invitan frecuentemente a observar, analizar, describir, comparar, pensar y reflexionar -con su ayuda- sobre los problemas que les presenta en sus juegos o situaciones problemáticas. Les exige y les permite encontrar propiamente la correcta solución al problema presentado, con lo cual contribuye al desarrollo de habilidades reflexivas en sus jugadores. Así, ellos generan propiamente la información (solución) que antiguamente había sido tarea del formador, con el peligro de que esta información se olvidara en pocos días, en vez de entrar en la memoria de los jugadores a largo plazo. Cuando los formadores complementen, en la práctica del fútbol base (etapa en la que los niños por naturaleza son más participativos y espontáneos) el aprendizaje motor de sus alumnos con el aprendizaje cognitivo, se acercarán a un objetivo que hace falta recuperar en la enseñanza del fútbol infantil. Horst Wein Y a continuación podéis observar un vídeo de un entrenamiento de una selección campeona del mundo que os va a sonar. Os invito a seguirme en Linkedin, la red de negocios, donde podréis conocer más detalles sobre mis proyectos https://www.linkedin.com/groups?mostRecent=&gid=8143951&trk=my_groups-tile-flipgrp.
También podéis seguirme en Twitter @GiveMeHop3 ó en Facebook Les mando un cordial saludo y mis mejores deseos. “El fútbol de los niños y adolescentes no mejora con una acumulación de partidos o campeonatos, sino con el continuo desarrollo de conceptos originales que favorezcan la formación integral de los futbolistas y su crecimiento natural sin prisas y pausas". Horst Wein
1 Comentario
28/4/2015 05:22:34 pm
Hasta que los hagamos parte inherente de cada juego/entrenamiento:
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Joana EgeaApuesto por la innovación en el fútbol para generar mayor impacto social y económico que permita devolver a la sociedad con mayor eficiencia lo mucho que recibe del fútbol. Categories
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