Hace tan sólo unos meses tuve la ocasión de visitar la casa Ronald McDonald de Barcelona de la mano de Pere Casas, su gerente, que amablemente y con la pasión de quién sabe que está desarrollando algo más que un trabajo me enseñó los rincones del centro. Mientras me iba adentrando en ella me llamó muchísimo la atención el clima acogedor que la rodeaba, realmente Pere Casas había logrado el objetivo de convertir el centro en una casa, una casa acogedora y familiar. Alejarse de la visión de de centros fríos, aburridos, llenos de jeringas y jarabes amargos que proyectaban los hospitales era su máxima y doy fe que lo ha logrado, como reza su eslogan un “hogar fuera del hogar”. Me permitió invadir la intimidad de los súper héroes y heroínas sin capa que pude conocer, desconcertadamente las sonrisas que me regalaban esos bajitos y bajitas me arrancaban una lágrima que me costaba reprimir y me provocaban un nudo en la garganta, su sonrisa débil, sincera e ingenua brillaba como el sol de la mañana de esa Barcelona que me tiene el corazón robado. Las múltiples actividades recreativas llenaban las salas comunes donde todos y cada uno de ellos podían dar rienda suelta a su diversión sin tiempo para pararse a pensar en otra cosa. Pere Casas me relataba con orgullo los magníficos efectos de la casa Ronald McDonald en esos héroes y heroínas, reforzando más aún mi convencimiento del porqué de la exigencia de mayor consciencia y responsabilidad social de nuestro tejido empresarial. Allí los casos de éxito tiene nombre y apellidos, dejan firmas y dibujos en las paredes de esta casa, dejan una huella imborrable en los empleados de la casa. Me llamó la atención un hall lleno de fotos de algunas celebridades y camisetas firmadas por deportistas de élite, entre ellas destacaba un panel de patrocinadores, pude observar que había un nombre propio que destacaba por tener presencia en los tres espacios, y esa no era otro que Andrés Iniesta, nuestro "Iniesta de mi vida". Le pregunté a Pere Casas sobre el papel de los deportistas y su influencia, después de compartir el mismo criterio sobre la labor social y necesaria del deporte, no pudo evitar hacer mención a Iniesta como un caso especial que va más allá de la simple visita, foto, aportación puntual o camiseta firmada. Lógicamente por tratarte de un centro de rehabilitación infantil de niños y niñas con patologías graves se debe tratar de evitar el estrés y tratar de relacionarse de la forma más familiar para lograr siempre al máximo su comodidad. La grandeza humana de Iniesta no es que asista periódicamente como un familiar más a visitar la casa Ronald McDonald, que dedique horas, que detenga su agenda y compromisos, que pida a los periodistas que respeten esta intimidad, que se lleve a algunos de sus compañeros para que puedan disfrutar con los niños y niñas, que sea cita obligada para algunos miembros de la familia Iniesta que tratan con los empleados como si fueran unos empleados más, que mantenga contacto y complicidad con el centro como si de su casa se tratara; sino que la verdadera grandeza de todo esto es que Iniesta cree y sabe que necesita ir a la casa Ronald McDonald porque esos héroes y heroínas sin capa son sus héroes. Todos tenemos héroes, ídolos y referentes, los de Andrés Iniesta son estos. Razón por la cual cuando inauguré esta sección sabía que tenía la obligación de explicar esta experiencia que guardo con tanto cariño, sabía que tarde o temprano encontraría la mejor forma de contarla para que todo el mundo pudiera apreciar e interpretar el trasfondo. He decidido que este momento coincidiera con la salida del Hospital de mi sobrino Unai, después de un largo e interminable mes, rodeado de esas jeringas, paredes frías y aburridas que entre todos los familiares nos ocupamos de llenar de diversión en la medida que podíamos, llegando a convertir esa habitación el algo parecido a un hogar o un campamento de verano, ya está en casa y sin capa. Si algo he aprendido es que no hay un instante en la vida que haya que despreciar porque no siempre nos pertenecen. No puedo cerrar este artículo sin agradecer a Pere Casas y a Andrés Iniesta su amabilidad y bondad, a Abner Flores por llevarme allí y compartir conmigo esta experiencia y sobretodo, y en especial, dedicar al súper héroe más peque de la familia, Unai M.R. Joana Egea www.fundacionronald.org Andrés Iniesta, el crack humildeArtículo de Francesc Perearnau para El Mundo Deportivo en mayo de 2009 "Mamá, ¿puedo comprarme esto?". La frase, aunque parezca increíble tratándose de alguien que cobra algunos millones de euros al año, es de Andrés Iniesta, ese pedazo de futbolista que tiene enamorado a Pep Guardiola porque "no se tiñe, no lleva pendientes ni tatuajes". Si bien el pequeño Andresín es ya Don Andrés, su día a día sólo se entiende desde la humildad. En su flamante página 'web' personal (www.andresiniesta.es) confiesa que su manía es "tenerlo todo ordenado", igual que la ejemplar vida que sigue junto a su familia sin excentricidades. Iniesta se levanta, va al entrenamiento y regresa a casa para pasar las tardes con los suyos a no ser que colabore con entidades como la Fundación Ronald McDonald y la ONG Tomando Conciencia o vaya a La Masia a saludar a las cocineras y responsables de la que fue su casa desde los 12 años. Nunca le 'cazarán' de madrugada en una discoteca en situación comprometida. Su novia, Anna, y su hermana Maribel, con el título de peluquera y estudiante de Asesoría de Imagen, son amigas. "Es feliz con poca cosa", afirma su padre, José Antonio, que trabajaba en la obra. De él y de su madre, Mari, que cocina ese pollo con patatas que le chifla, aprendió la cultura del esfuerzo y el sacrificio sin despilfarros. A los 17 años, tras firmar su primer contrato importante, adquirió una casa para que sus padres y su hermana se mudaran de Fuentealbilla a Sant Feliu de Llobregat. Andrés, que compra la ropa en el Zara como cualquier hijo de vecino y se pega unas panzadas de dormir, tiene respeto a los aviones, aunque el temor es más acusado en su progenitor, que viajó a la final de Saint Denis en el autocar de la Peña de Fuentealbilla e irá a Roma en coche con la familia. Y ayer, "feliz como unas castañuelas", según su padre, digería con normalidad su golazo. El sueño no está cumplido. http://www.mundodeportivo.com/20090508/iniesta-el-crack-humilde_53699490685.html Un domingo cualquiera...y aparece Iniesta!Post de Pere Casas para La Vanguardia en marzo de 2007 Acabo de leer el artículo de Joan Golobart "Todas las virtudes de Iniesta" (19/ III/ 2007) y estoy totalmente de acuerdo con él, pero creo que se deja una virtud muy importante: su entrega. Cuando una persona joven llega a saborear el éxito y ganar mucho dinero, corre el riesgo de vivir en su nube particular. A mediados de enero vino a visitar a un chico de Albacete que reside en la Casa Ronald Mc-Donald de Barcelona mientras sigue tratamiento contra el cáncer, y estuvo un par de horas hablando con los demás chicos y familiares. Hasta aquí nada especial, otros famosos lo han hecho. Pero la tarde de después de la eliminación de la Champions, sin apenas tiempo para descansar del viaje y a pesar de la lluvia, volvió a visitarnos para dar una sorpresa al muchacho con motivo de su cumpleaños. A veces no se necesitan grandes cosas para hacer felices a los demás: basta con un poco de voluntad y de cariño. Os invito a seguirme en Linkedin, la red de negocios, donde podréis conocer más detalles sobre mis proyectos https://www.linkedin.com/groups?mostRecent=&gid=8143951&trk=my_groups-tile-flipgrp.
También podéis seguirme en Twitter @GiveMeHop3 ó en Facebook Les mando un cordial saludo y mis mejores deseos. “Héroe es el que lucha contra una enfermedad, o el que tiene que emigrar para dar de comer a sus hijos. Yo soy un futbolista". Andrés Iniesta
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Joana EgeaApuesto por la innovación en el fútbol para generar mayor impacto social y económico que permita devolver a la sociedad con mayor eficiencia lo mucho que recibe del fútbol. Categories
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